Crónica de la Concesión de Mares

La Zona Industrial de El Centro abarcaba amplios y modernos talleres de mecánica, fundición y forja, que eran tan completes y tan bien dotados que allí fué posible elaborar o reparar cualquier pieza de un equipo usada en los campos de la compañía. En ellos se fabricaron tanques y recipientes de presión destinados a las instalaciones de producción de petróleo y gasolina y también para la refinería. 
Primer carro del superintendente de la Troco.

El equipo pesado para la flotilla fluvial de la Tropical, cojinetes de bronce, juegos de bocas de pozo, bridas, válvulas, piezas para motores y bombas, culatas de cilindro para los compresores de las plantas de gas, vagones para el ferrocarril y en fin todo to que podía asegurar la continuidad de las operaciones frente a las dificultades de transports y demoras en la importación. Luego vino la guerra y los talleres de El Centro, pese a las restricciones que son normales en tales tiempos, se convirtieron sorprendentemente en verdaderas factorias.

Todo el oxígeno usado por la Tropical se producía en El Centro y en una original planta de negro de humo que aún hoy subsiste en las instalaciones del Museo del Petróleo, se fabricaba la materia prima para la producción de las pinturas y llantas requeridas en la concesión.Muchos de aquellos a quienes amistosamente yo llamo los pioneros, recuerdan aún la labor desempeñada y las enseñanzas que dejó Mr. Forrest Einseman, un gringo de Pensilvania que llegó por el año 26 a trabajar en los talleres de fundición de Infantas y El Centro y que años más tarde terminó dirigiendo con lujo de competencia los talleres de mecánica.

Talleres del Departamento de Garaje en El Centro (1930). Había también talleres para la reparación de bombas de oleoductos, bombas de pozo e instalaciones de bombeo. Los talleres menores de marina y refinería construídos en Barrancabermeja, recibían ayuda eficaz de los talleres de El Centro para fabricar ejes y piezas de equipo, tales como anclas y cabrestantes, para las embarcaciones fluviales de gran tamaño.

El Centro también le dio a Colombia la gracia femenina de una de sus más preciosas hijas quien un 11 de noviembre de 1955 obtuviera para Santander el cetro nacional de la belleza: Esperanza Gallón Dominguez. Aqui nació en 1935 en el hogar conformado por Carlos Gallón, trabajador de materiales y,Esther Dominguez, una de las cinco telefonistas que atendian con gracia y donosura el viejo clavijero del conmutador de la compañia. Contemplando esta magnifica obra levantada en medio de una selva agreste, arrogante y desafiadora, no deja uno de rendir tributo de admiración a la técnica que logró domarla y a toda esa legión de pioneros gringos y colombianos, que supieron transformer un filón de naturaleza rebelde en promisorio filón de riqueza, civilización y progreso.